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La Colectiva de Mujeres de Boston y Nuestro Libro (Boston Women’s Health Book Collective), dedicado a la salud de la mujer: veinticinco años de logros

La lucha por la justicia en nuestras vidas como mujeres está entrelazada a las realidades diarias de nuestros cuerpos. En un mundo que les ofrece toda clase de privilegios a los hombres, a nosotras nos pide que logremos mucho a cambio de poco. Todas las mujeres en el mundo entero, con todas nuestras diferencias culturales e individuales necesitamos información, apoyo y solidaridad política de otras mujeres para mejorar nuestras vidas y las vidas de nuestras familias. En los EEUU, un movimiento político de mujeres en específico ha logrado impulsar significativamente los derechos de la mujer en el área del trabajo, la familia y la salud. En 1969, un grupo de mujeres en Boston se reunió para discutir sus experiencias negativas con el sistema de salud vigente. Como resultado, en 1972, nació el primer libro sobre la salud de la mujer con un enfoque político y feminista titulado Our Bodies, Ourselves. La primera edición del libro nos brindó información básica sobre temas específicos de la salud de la mujer en un contexto social. Esto fue un adelanto significativo para nosotras, ya que en aquella época aún se le daba todo el control de nuestros cuerpos a los hombres, ya fueran éstos nuestros médicos o maridos. La primera edición del libro nos educó sobre temas de los cuales muchas no nos atrevíamos a hablar, ya que se consideraban tabú. Sus temas fueron una gran ayuda para comprender y manejar nuestra propia sexualidad, nuestras decisiones sobre la reproducción y los métodos anticonceptivos. Our Bodies, Ourselves despertó una serie de inquietudes que culminaron en una comunicación más abierta entre nosotras mismas. Esta labor de cobrar consciencia que comenzó en 1972, hoy día continúa con la última edición, publicada en 1998.

A raíz del intercambio entre las mujeres de los EEUU y su comunicación con las mujeres de otras partes del mundo, el libro continúa expandiéndose y cambiando con el fin de incluir experiencias diversas e información médica actualizada que refleje la transformación de las condiciones políticas que afectan los derechos humanos y la salud de la mujer. Por ejemplo, cuando la Colectiva de Mujeres de Boston comenzó su trabajo, el aborto todavía era ilegal en los EEUU. A pesar de que en este país, el aborto se legalizó en 1973, la lucha política para preservar este derecho continúa hoy día, y este proceso ha quedado plasmado en las ediciones posteriores del libro. Cuando el libro se publicó por primera vez, el sistema médico, compuesto en su mayoría por hombres, dominaba el mundo de la salud con una autoridad y un poder prácticamente absolutos. Hoy en día, compañías privadas con fines de lucro dominan casi por completo el mercado de salud, el cual mueve billones de dólares. Estas organizaciones privadas, buscando mayores ganancias, tratan de controlar el uso del sistema médico, limitando el acceso a los servicios de salud a aquellos grupos de personas más pobres y necesitadas. A la vez, nos dicen que sin la industria biomédica, no podemos mantener una buena salud. En realidad, el 90% de los índices de buena salud depende de nuestras condiciones de vida, tales como la nutrición, la vivienda, la educación, los recursos económicos y el apoyo social. En los EEUU, durante las últimas tres décadas, ha crecido el abismo entre ricos y pobres, y la mayoría de estos últimos son mujeres con niños, afro-americanas y latinas. Para mantener un sistema de vida con tanto privilegio para tan pocos, se exporta una ideología económica que glorifica la riqueza de unos pocos e ignora la miseria de muchos; se importa la fuerza laboral de inmigrantes legales e ilegales para los trabajos más miserables y peligrosos, rechazando toda responsabilidad por su presencia humana entre nosotros. Aunque hemos logrado mucho en el campo de la salud de la mujer, necesitamos más que nunca que nuestras voces se unan para preservar los logros, para incluir a todas las mujeres, y para seguir luchando por la justicia económica y racial como parte integral de la justicia para las mujeres.

En los EEUU, el libro en inglés ha creado una revolución en cuanto a como la mujer utiliza los recursos de salud que tiene a su disposición en su vida diaria, y en como usa los recursos del sistema médico, cuando son necesarios. Al vincular la salud de la mujer a su vida diaria por medio de los procesos de concientización y solidaridad política, el libro satisface unas necesidades esenciales, y es enormemente popular. Se han vendido millones de ejemplares en todas sus ediciones, siendo la más reciente la de 1998, y se ha traducido a docenas de idiomas. Al ofrecer el libro a un precio módico, para lugares tales como clínicas de mujeres y bibliotecas públicas, se ha logrado ampliar el acceso a una información valiosa sobre la salud. El libro le ha brindado información y respaldo a muchísimas mujeres y de esta forma les ha ayudado a comprender mejor sus propias necesidades de salud y su sexualidad, para que se sientan en control cuando tienen que tomar decisiones sobre sus propias vidas. La información del libro, que se puede usar como enciclopedia, nos ayuda a evaluar mejor cuando es necesario acudir al doctor y cuando no. Cuando necesitamos acudir al médico, la información que ofrece el libro, con su voz de respeto y apoyo, nos ayuda a entender mejor y a participar activamente en las decisiones de salud que son tan importantes para nuestras propias vidas. Our Bodies, Ourselves se unió al movimiento feminista, concientizando a miles de mujeres sobre sus derechos personales y políticos y creando un movimiento de consumidores que vigila los intereses individuales en contra de las compañías que ponen en peligro nuestras vidas para su propio lucro. Este libro reconoce que para todas las mujeres, el cuidado de nuestros seres queridos tiene altísima prioridad, pero que para cuidar a otros tenemos también que cuidarnos a nosotras mismas.

A pesar de que este libro está escrito para todas las mujeres, reconocemos que quizás sea más fácil de usar para aquellas que están acostumbradas a leer libros o manuales de este tamaño. Muchas de nosotras preferimos aprender de nuestras abuelas, madres, amigas o en grupos de apoyo, especialmente cuando se trata de los temas más íntimos de nuestras vidas y cuerpos. La utilidad del libro es aun mayor cuando se usa como herramienta educativa sobre la salud en grupos comunitarios dedicados a ayuda mutua, superación personal, concientización política y acción colectiva. Incluso, hay grupos de educación para mujeres adultas que han utilizado la versión en inglés para alfabetizar. El libro sigue cambiando gracias a la participación de muchas mujeres que continúan compartiendo sus experiencias para transformarlo.

Lenguaje Y Contexto Cultural: De la Traducción a la Adaptación

A lo largo de los 25 años de su publicación, Our Bodies, Ourselves se ha convertido en una enciclopedia de la salud para las mujeres de los EEUU. A su vez, ha creado la necesidad de versiones nuevas que reflejen las necesidades de la salud de otros países. Nos hemos dado cuenta de que una simple traducción no comunica el contexto cultural y social en donde las mujeres, sus vidas y su salud se desenvuelven. Hemos trabajado con grupos de mujeres para crear adaptaciones que contengan información básica y útil para cualquier mujer en su propio país, y que a la vez reconozca las grandes diferencias económicas, sociales y culturales que afectan las vidas y la salud de las mujeres. Idealmente, este trabajo de adaptación ocurre directamente en los países con grupos de mujeres activistas y organizadas que han transformado el libro para que les sea de utilidad en el contexto actual de sus vidas y luchas. Esto ha ocurrido en países tan parecidos a EEUU como Alemania, y en otros tan diferentes como Tibet. Una colectiva de mujeres en Egipto adaptó el libro con la participación de mujeres de todas las edades y clases sociales, e incluyendo sus valores religiosos. Utilizaron un marco musulmán, respaldadas por las palabras del Corán, para confrontar el sexismo en su país y sus creencias religiosas. Sin una adaptación que reconozca las diferencias entre las vidas de las mujeres en sus propios países y en los EEUU, la información basada en experiencias de algunas norteamericanas limita su utilidad y puede ser potencialmente destructiva. Una información que no refleje las condiciones de vida actuales de las mujeres de otros países y sus contextos sociales, implícitamente comunica la idea de que la realidad de las mujeres norteamericanas es más importante que la de otras mujeres en otras partes del mundo.

La adaptación de acuerdo a cada cultura es necesaria para no volver a crear las condiciones que hicieron el libro necesario, y para que no solamente escuchemos las voces de las mujeres norteamericanas sino también las de las demás mujeres del mundo.

Nuestros Cuerpos, Nuestras Vidas: El Proceso de Adaptación

Desde la primera publicación de Our Bodies, Ourselves en 1972, la Colectiva de Mujeres de Boston (BWHBC, por sus siglas en inglés) ha reconocido la importancia de llevar esta información en español a las mujeres latinoamericanas, ya sea que éstas vivan dentro o fuera de sus países. En 1976, una traducción con formato no comercial fue preparada por Raquel Scherr-Salgado y Leonor Taboada. Luego, en 1979, le siguió una segunda edición. Grupos de latinas que trabajaban en Boston revisaron las traducciones e incluyeron algunos aspectos culturales. Tanto para las versiones en inglés como para las traducciones, se les pidió a las mujeres que quisieran participar que ofrecieran sus propias experiencias, críticas, y comentarios. Esta invitación siempre ha sido parte del libro, con el fin de que éste se pueda ir adaptando y cambiando según las diferentes experiencias de las mujeres que lo leen. Recibimos muchas cartas con reacciones positivas al libro, con testimonios personales y relatos de cómo se utiliza en situaciones muy diversas. Tanto las mujeres latinas que viven en sus países de origen como aquellas que viven en los EEUU, ofrecieron comentarios acerca de su utilidad para grupos de educación y ayuda mutua, en comunidades de base.

Después de la publicación de las ediciones en español de 1976 y 1979, un grupo de mujeres latinoamericanas de Boston se unieron para desarrollar una segunda etapa de adaptación del libro en español. En este grupo estaban María Lourdes Mattei, Lolly Carrillo, y Elizabeth McMahon Herrera. Un grupo de ellas, organizadas por Elizabeth McMahon-Herrera, fundó el grupo ALAS, Amigas Latinas en Acción Pro-Salud, que se ha dedicado al trabajo de salud para la mujer en la comunidad latina de Boston. Desde sus comienzos, ALAS siempre ha trabajado con una base de compromiso comunitario, y en colaboración con agencias que trabajan con latinas. Elizabeth McMahon y el grupo original de ALAS, que incluyó a Iris García, Vicky Nuñez, Miriam Salomé Havens, María Rolof, Mygdalia Rivera y Raquel Shapiro trabajaron juntas para crear una forma de trabajar con las mujeres latinas de Boston de una manera que respete e incluya sus valores culturales. Desde un principio, ellas reconocieron que la información sobre la salud de la mujer se puede utilizar con mayor provecho si esta les llega a través de sus mismas comunidades. Las ideas y comentarios de estos grupos se integraron a las nuevas ediciones del libro en inglés, para que el libro pudiera reflejar las vidas y voces de las latinas y latinoamericanas que viven en los EEUU. En este proyecto el libro no fue la única herramienta de educación e inspiración; Elizabeth, Caty Leignel y Mirza Lugardo utilizaron el teatro y el vídeo.

El deseo de publicar una adaptación al español basándose directamente en las experiencias de mujeres en países de America Latina, culminó con la integración de dos grupos en México, CIDHAL en Cuernavaca y Grupo de Estudios de Mujeres Rosario Castellanos en Oaxaca, las cuales trabajaron con las ediciones de los años 80 y empezaron su propio proceso de traducción y adaptación. Este proyecto resultó ser demasiado grande, porque limitaba el tiempo que ellas necesitaban para el trabajo de comunidad. Debido a las grandes diferencias nacionales y regionales que caracterizan a Latinoamérica y a la enormidad del libro en sus nuevas ediciones, no había surgido la oportunidad de entregarle el libro a un grupo de mujeres en cada país para que éstas lo transformaran dentro de sus comunidades y de acuerdo a sus experiencias. Para que este libro fuera verdaderamente útil para las mujeres en América Latina, tenía que responder a las grandes diferencias nacionales y regionales de dichos países. Las mujeres en el Caribe Hispano, Centroamérica, y el Cono Sur viven con enormes diferencias entre sí, independientemente de la homogeneidad del idioma, la historia del colonialismo, y las condiciones que se derivan del poder exclusivo de los hombres que prejudican su salud. En toda América Latina, la mayoría de las mujeres vive bajo condiciones económicas de gran pobreza, y en una realidad muy diferente a la de las mujeres de clase alta y clase media de sus mismos países. Hasta el mismo idioma es un vehículo de prácticas racistas y destructivas, y es muy fácil olvidarnos que para las mujeres indígenas de América Latina, el español es un segundo idioma que confluye forzosamente con muchas otros dialectos indígenas.

Un Paso Hacia Adelante: La Traducción Con Una Adaptación Colaborativa

En 1990, Esther Rome y Norma Swenson del BWHBC, asistieron al Quinto Encuentro de Mujeres de América Latina y el Caribe en Argentina, para discutir una posible colaboración de un grupo de mujeres de la región que estuvieran interesadas en participar en el proceso de traducción y adaptación. Una vez allí, se identificaron grupos dispuestos a adaptar los capítulos traducidos del inglés para que éstos reflejaran las realidades de las experiencias de la mujer latina. En 1992, la fundación Noyes otorgó fondos para la traducción al español de la edición de The New Our Bodies, Ourselves de ese año. Esta traducción se organizó bajo la dirección de Gabriela Canepa. En 1993, la Fundación Ford proporcionó fondos para la colaboración con grupos de mujeres latinoamericanas que trabajaran en el campo de la salud de la mujer, con el fin de que éstas participaran en una adaptación del libro, empezando con dicha traducción y utilizando una perspectiva que reflejara las realidades en sus propios países. En 1993, un equipo de latinas de diversos países (Perú, Puerto Rico, Colombia, Chile, Cuba, Venezuela y El Salvador) que viven en EEUU, se dedicó a coordinar esa colaboración con sus hermanas en América Latina. Rosie Muñoz López fue la directora del proyecto de 1994-1996, y gracias a su visión, conocimiento, organización, y energía el plan irrealizable se logró.  Ella identificó los grupos más apropiados para lograr las adaptaciones de los capítulos, escogiéndolos por su conocimiento y activismo en salud de la mujer en todas las regiones de América Latina y el Caribe. Rosie logró la dura tarea de establecer vínculos a larga distancia con nuestras colaboradoras para la adaptación. Como mujer puertorriqueña que se crió tanto en la isla como en los EEUU, Rosie entendía muy bien la complejidad de vivir entre dos mundos. Gracias a su creatividad y a su conocimiento de las dos comunidades, resolvimos el gran problema de cómo crear un libro que fuera adecuado tanto para mujeres en el norte como en el sur. Fue idea suya incluir en el libro voces y experiencias de diversas mujeres de las Américas, y de las latinas que viven en los EEUU.

Mayra Canetti trabajó con el proyecto desde el principio, ofreciendo asistencia administrativa pero también como integrante del grupo editorial de Latinas en Boston. Su dominio del español y su conciencia política como puertorriqueña viviendo en los EEUU contribuyeron enormemente a la calidad del libro. Mayra leyó todos los capítulos e hizo recomendaciones para cada uno de ellos. Ella dirigió el proyecto de enero a agosto del 1997, e inició la organización de los recursos bibliográficos y materiales de grupos norte y sur que tanto han enriquecido el libro. Alba Bonilla, salvadoreña, fue nombrada como asistente del proyecto y Liza Avinami, colombiana, estudiante de la Universidad de Tufts, contribuyó con la organización de la bibliografía y las otras tareas que se presentaban. Un grupo de la junta directiva y de la administración de BWHBC apoyó el trabajo de nuestro grupo editorial, compuesto en diferentes épocas por Elizabeth McMahon Herrera, Ester Shapiro, Judy Norsigian, Judith Lennett, Norma Swenson, y Claudine Mussuto.

En la primera etapa de la adaptación, 19 grupos de 12 países latinoamericanos presentaron sus adaptaciones de uno o varios capítulos que ellas mismas seleccionaron. Cada capítulo fue adaptado por al menos un grupo e idealmente por dos, para ofrecer varias perspectivas de las diferencias nacionales en Latinoamérica. Algunos capítulos, por ejemplo, los que se dedican a la información fisiológica sobre anatomía y reproducción o embarazo y parto, se cambiaron muy poco. Otros capítulos, como los del aborto y el SIDA, ofrecen cambios radicales que reflejan las enormes diferencias políticas y médicas en Latinoamérica. Cada capítulo fue revisado por un grupo editorial de latinas de Boston. Este grupo editorial, compuesto en sus diferentes etapas por Rosie Muñoz, Mayra Canetti, Elena Brauchy, Lucia Ortiz-Ortiz, Miriam Hernández Jennings, Ester Shapiro, María Laura Skinner, y María Morison Aguiar, organizó los comentarios y cambios ofrecidos por los grupos latinoamericanos y añadió información sobre latinas en los EEUU incorporando información, materiales y recursos de muchos grupos de toda la región. Colaboramos con varios grupos que tienen centros de documentación o bases de datos de América Latina y el Caribe, e incorporamos sus materiales para enriquecer la perspectiva y los recursos que ofrece el libro. Muchas mujeres nos brindaron materiales y apoyo. Este libro no hubiera sido posible sin la generosidad, creatividad y compromiso de los grupos que luchan por la justicia para la mujer en América Latina y el Caribe. Agradecemos especialmente a Nirvana González de Taller Salud, a Leopoldina Rendón de CIDHAL, a Isabel Duques de ISIS en Chile, y a Adriana Gómez de la Red de Salud Para La Mujer de América Latina y el Caribe.

Después de esos múltiples procesos de adaptación, Verónica Nielsen-Vilar fue nombrada editora del libro en español, para darle consistencia al lenguaje y a la voz. Verónica demostró un gran espíritu de colaboración. Ella insistió para que cada oración fuera lo más directa y simple posible para facilitar el uso de tanta información, y conservar su contenido y marco social. La voz de este libro es su voz; paciente y lírica. Gracias a su extraordinario talento como traductora, hemos creado un libro que reconoce las diferencias regionales del español, pero logra comunicarse de una manera más universal.

Una decisión que debatimos apasionadamente fue la de si dirigir la palabra a las lectoras del libro usando el “tú” o el “usted”. La costumbre en muchos de nuestros países es la de usar el “usted” como símbolo de respeto, y más todavía en un contexto médico. Nosotras decidimos que un libro como éste, cuya utilidad depende tanto de establecer una conversación sobre los temas más privados de nuestras vidas, necesitaba la intimidad del “tú”. También, queríamos comunicarnos de una manera que expresara respeto mutuo, solidaridad e igualdad entre todas las que compartimos una lucha en común. Teniendo en cuenta lo importante que es el respeto en nuestra cultura, también reconocemos los lazos que nos unen, y con esa confianza nos hablamos como amigas y hermanas.

Durante el proceso de edición y adaptación, se nos preguntó si el libro podía ser utilizado por las latinas en los EEUU, o si veíamos la necesidad de crear otra adaptación en español para aquellas latinas y latinoamericanas en este país. Sin embargo, no quisimos dividir nuestras energías ni nuestras comunidades, al crear dos libros separados en español; además pensamos que en las nuevas diásporas latinas en los EEUU tenemos unos lazos muy estrechos con nuestros países de origen. Muchas de nosotras, inmigrantes de segunda y tercera generación, valoramos nuestro lenguaje, cultura e identidad latinoamericana, aunque a veces prefiramos ciertos aspectos de la vida norteamericana. Reconocemos además, que el individualismo del feminismo norteamericano no nos satisface en nuestras relaciones íntimas y sociales. Parte de nuestros propios movimientos políticos surgen de un interés por combinar las dos culturas para vivir con lo mejor de cada una. Nuestras propias experiencias como inmigrantes, refugiadas o exiliadas, son temas útiles en el norte, el sur y el centro de las Américas. Al explorar las implicaciones políticas y las prácticas de la vida de inmigrantes, podemos crear un libro que reconozca tanto nuestras similitudes como nuestras diferencias. Nos damos cuenta de que lo que nos une como mujeres del norte y del sur es el vínculo del idioma y los mestizajes culturales de Europa, Africa y las culturas indígenas de nuestro continente. Para las latinas en los EEUU, el libro ofrece una manera de conocer los movimientos de las mujeres en pro de la salud de América Latina, y con ese conocimiento, alimentar nuestra comprensión propia y activismo político. Todas las mujeres del mundo hemos aprendido del heroísmo de las madres de los desaparecidos en Argentina, Chile, y Uruguay y de la guatemalteca Rigoberta Menchú, exilada por muchos años. Todas estas mujeres crearon revoluciones políticas reclamando justicia para sus hijos, hermanos, padres, y familiares. Sus ejemplos han transformado nuestras ideas de lo que es posible lograr con movimientos políticos aun bajo circunstancias de represión y peligro mortal. La decisión de dedicarnos a una adaptación en español para ambas comunidades nos ayudó a comprender que el libro iniciaría conversaciones con posibilidades de transformar las relaciones entre los dos mundos, y de unirnos profundamente.

Porque el libro se escribió en Español, y también por consideraciones de espacio, presentamos muy poco del extraordinario trabajo de nuestras compañeras en Brasil. Sus muchos grupos activistas en salud y justicia para la mujer están nombrados en nuestra lista de grupos y organizaciones, al final del Capítulo 4. Sabemos la enorme pérdida que esta decisión representa, y esperamos que en un futuro se desarrolle una edición en Portugués basada en los proyectos y las experiencias de las mujeres brasileñas.

Después que los capítulos fueron adaptados y editados, iniciamos una última etapa de adaptación, para abarcar una visión conjunta. Ester Shapiro, cubana criada en Miami, empezó con el proyecto en 1993, y ofreció una visión de como adaptar el libro inspirada por el trabajo de nuestro gran maestro Paolo Freire. Partiendo de que el libro no se podía reescribir por completo, queríamos invitar a la lectora a participar críticamente en su propia lectura. Por eso nos dedicamos a cambiar capítulos claves que permitirán un diálogo entre el texto y las situaciones actuales y diversas de nuestras lectoras. Empezando en 1998, María Laura Skinner, uruguaya criada en Long Island, Nueva York, trabajó como coordinadora editorial y nos hizo posible la última etapa de incorporar tanto del buen trabajo de nuestras compañeras en América Latina, el Caribe, cómo el de las latinas de los EEUU. Ella también nos trajo su conocimiento y creatividad en el campo de la salud integral. Por su propio trabajo como bailarina, yerbera, y bruja, experta en la vida entre mundos, ella sabe bien como apoyar la salud de la mujer utilizando todas las herramientas de nuestra sabiduría cultural. María Morison Aguiar, brasileña adoptada por Puerto Rico y la coordinadora de ALAS, trajo a nuestro trabajo sus tres décadas de activismo político dedicado a la justicia social, y 20 años de experiencia en salud pública basada en la comunidad. Con cariño y humor, siempre insistió en que lo más útil era lo más simple y directo. Alan West Durán, cubano criado en Puerto Rico y marido de Ester Shapiro trabajó traduciendo y editando los capítulos que se adaptaron en esa última fase. Su experiencia como poeta, maestro y activista así como traductor, nos ayudaron a mantener un alto nivel de expresión lírica y política. Alan y Marjorie Agosín nos ayudaron a escoger muchas de las poesías que utilizamos en varios capítulos. Antonia Marmo, una maestra de español uruguaya y la madre de María Skinner, siempre estuvo disponible para nuestras muchas preguntas de contenido y de expresión. Nos ayudó especialmente a refinar la redacción de muchos de los capítulos terminados.

El trabajo de adaptación que hemos creado con la colaboración de los grupos latinoamericanos ha logrado mucho más que el ofrecer una nueva perspectiva del libro. Nos ha hecho ver lo mucho que podemos aportar al movimiento de salud para la mujer en EEUU con la sabiduría proveniente de las experiencias de nuestras compañeras en América Latina. Muchas de estas mujeres pusieron sus vidas en peligro al discutir y al confrontar las realidades políticas, sociales, culturales y religiosas que afectan adversamente sus vidas. En nuestros países el tema del aborto es clandestino y peligroso, sólo en Cuba y Puerto Rico el aborto es legal. El tema de la violencia doméstica en nuestros países de gobiernos represivos y violentos se ignora porque el control del hombre sobre la mujer forma parte integral de su control sobre la sociedad. Los grupos adaptaron éstos y otros capítulos para acoger la perspectiva de nuestras hermanas latinoamericanas. En América Latina y el Caribe, la perspectiva de la salud de la mujer forma parte integral de los movimientos de los derechos humanos y la justicia económica. Muchas veces, los “expertos” de los EEUU piensan que sus conocimientos del “primer mundo” son conceptos superiores que se pueden utilizar para elevar a los del “tercer mundo” de un estado primitivo a un nivel superior. Nosotras tenemos bien claro que para nuestras hermanas en Latinoamérica sus relaciones sociales y políticas son una fuente de riqueza, concepto que en los EEUU ya que es un país individualista donde todo está en venta y hasta las relaciones sociales se tienen que comprar o reinventar. Es decir, tenemos mucho que compartir, y mucho que aprender juntas.

Las limitaciones del libro surgen de las dificultades que existen en una colaboración a larga distancia, coordinada por un grupo de Boston; ya que es problemático trabajar por teléfono y fax. Al libro todavía le faltan conversaciones y colaboraciones que creemos ideales y necesarias, para presentar una verdadera perspectiva latinoamericana. Para ello, contamos con todas ustedes, las nuevas lectoras del libro en los países de Latinoamérica, y las mujeres latinas que lo leen en los EEUU. Necesitamos que a partir de esta adaptación compartan con nosotras sus experiencias y nos ayuden a cambiar y a mejorar las futuras ediciones.

Primeros Pasos en Una Nueva Conversación

Al luchar con las dificultades de crear una adaptación de “Nuestros Cuerpos, Nuestras Vidas” para uso en América Latina, hemos llegado a comprender que nuestras vidas como mujeres latinoamericanas, estemos viviendo en nuestros países o en los EEUU, tienen mucho en común. Entre las mujeres de América Latina que ayudaron a preparar la adaptación y las latinas de Boston que han participado en la coordinación, se ha abierto un diálogo. Este diálogo es el primer paso en la conversación que mantendremos entre mujeres latinoamericanas. Esta nueva conversación nos ha permitido utilizar los recursos y las ideas organizadas inicialmente para el libro en inglés, y transformarlas de acuerdo a las experiencias de los grupos en América Latina y de las numerosas mujeres latinas en Boston y en el resto de los EEUU. Conside-ramos que esta primera edición de la adaptación en español es solamente el primer paso en un proceso de organización política que reconoce lo mucho que tenemos en común y lo mucho que podemos aprender reflexionando críticamente sobre nuestras diferencias. Pensamos que con la publicación de un libro en español sobre la salud de la mujer, que se pueda utilizar tanto en América Latina como por las latinas en los Estados Unidos, podremos afrontar nuestras necesidades comunes como mujeres. Si exploramos nuestra diversidad racial, de nacionalidad, clase social, educación, acceso a sistemas médicos, a la medicina tradicional, y la presencia o ausencia de organizaciones políticas de la mujer que tomen en cuenta nuestras realidades, en un diálogo abierto, crítico y respetuoso, estaremos enriqueciéndonos y aprendiendo unas de otras.

Organización de Nuestros Cuerpos, Nuestras Vidas: CóMO Utilizar Este Libro

Para la colectiva de mujeres en Boston, el libro ha sido no sólo un recurso de apoyo personal y político sino también una colección de información esencial. Explorar nuestras necesidades, sabiendo que otras mujeres les han dado voz a experiencias en común y esperan con respeto e interés oír las nuestras, sigue siendo un proceso de transformación. El libro ofrece una conversación que promueve la conexión, la autodeterminación, la concientización y la justicia política entre nosotras dentro de nuestras propias comunidades y en colaboración con las comunidades de solidaridad. Hay que reconocer que el libro sigue basado fundamentalmente en las realidades de las mujeres norteamericanas, y que cierta información tiene más sentido en el sistema de salud y la vida social estadounidense. El proyecto de adaptación empezó con el libro en inglés, traducido al español, preservando la organización básica de las ediciones de 1992 y 1998. No les preguntamos a los grupos latinoamericanos que participaron en la adaptación si querían añadir nuevos capítulos. En esta edición cambiamos el orden de los capítulos, porque decidimos empezar el libro en español con perspectivas internacionales y políticas, para devolverle a la mujer el poder de evaluar el sistema médico y utilizar éste (con todos sus defectos) con un marco más amplio para afirmar sus capacidades y responsabilidades. El libro en inglés empieza con capítulos sobre la imagen del cuerpo, la nutrición y el ejercicio, temas que enfocan a la mujer individualmente, y que interesan primordialmente a las mujeres de condiciones económicas privilegiadas en países con sistemas económicos estables. También, tuvimos que abreviar ciertos capítulos, ya que el texto en español es más largo que en inglés. El capítulo más recortado fue el #24, el más largo del libro en inglés, el cual trata de las condiciones médicas comunes y no comunes que pueden afectar a las mujeres, incluyendo, por ejemplo, la artritis y el cáncer. En la adaptación, preservamos algunas secciones de alta importancia, pero les dimos prioridad a fuentes de información como publicaciones o recursos del internet. También, informamos sobre grupos con los cuales se puede establecer comunicación por teléfono o por computadora, dispuestos a colaborar para diseminar información sobre la salud. De esta manera, las mujeres podrán ponerse en contacto con centros de salud en sus países que les proporcionen información reciente y directa. Para que el libro sea también útil para las latinas en los EEUU, hemos hecho todo lo posible para comunicarnos con las redes de salud para la mujer latina. Con la publicación de esta adaptación, estamos comenzando un proceso de comunicación y recopilación de información que nos sirva de base para que las futuras ediciones sean más completas y útiles.

Pasos Hacia El Futuro: Escribamos Juntas Un Nuevo Libro

La participación de todas ustedes en una conversación abierta y sincera nos ayudará a transformar el libro. Para quienes trabajamos con el proyecto en Boston, este primer paso de crear una conversación más amplia entre mujeres que luchamos por la salud de la mujer en las Américas ha sido un gran incentivo. Confiamos que la publicación del libro nos brinde una nueva manera de aprender acerca de nuestras hermanas y compañeras latinoamericanas. Una vez que lean el libro, nos gustaría saber qué piensan ustedes acerca del libro, qué materiales encontraron útiles y qué quisieran cambiar para ediciones futuras. Estamos comenzando un nuevo proceso de comunicación, crítica y colaboración para incorporar de una manera más completa las experiencias en nuestra comunidad. Esperamos que ustedes se unan a nosotras para compartir este proceso.

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